viernes, 28 de noviembre de 2014

Faro de Illa Pancha


Quedaba solo una semana para irme, y mis padres decidieron ir a ver el Faro de Illa Pancha. Todos los años voy con mi familia a un pequeño pueblo de Asturias, San Tirso de Abres. Llevo desde los siete años en aquel lugar, he conocido a muchas personas y ya son como de mi familia. Es la primera vez que fui a ver ese faro y la verdad es que me encantó. 

Salimos del camping en San Tirso y nos dirigimos a Ribadeo, un pueblo de Galicia, situado en la frontera y costa de Galicia y Asturias. 

Cuando llegamos hacía muchísimo frío, y mi hermana se quedó dormida en el coche. A mi padre se le olvidó la cámara, cosa que me extrañó mucho, ya que siempre la llevaba encima. 

Para llegar al faro tuvimos que andar un poco, y cuando llegamos había una gran puerta metálica que cerraba el paso al puente que conducía a la isla dónde se encontraba el faro, el Faro de Illa Pancha en gallego. La puerta estaba cerrada y no pudimos pasar. Mi padre quiso saltarla, pero había treinta metros de caída, y no nos podíamos arriesgar. Nos fuimos a un mirador que había, y nos sentamos allí, viendo a mi padre jugando con nuestro perro, Toy. A los diez minutos mi madre se levantó y me empezó hacer fotos, y yo fingía ser un pajarito. Mi padre también me sacó fotos. Una de ellas es igual que esta pero salgo yo. 

Cuando nos dirigíamos a coche, mi padre me estuvo enseñando canciones de su infancia, eran muy divertidas y nos pusimos todos a cantarlas. 

Cuando llegué al camping les conté a mis amigos la maravillosa tarde que pasé en Ribadeo. Mereció la pena ir.

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